En el campo de la cirugía refractiva, el LASIK (Laser-Assisted In Situ Keratomileusis) ha sido durante décadas la intervención estrella para corregir problemas de visión como la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía. Sin embargo, la evolución tecnológica ha dado paso a variantes aún más precisas y seguras, siendo el FemtoLASIK un ejemplo claro de esta progresión. La diferencia fundamental entre el LASIK convencional y el FemtoLASIK radica en la creación del colgajo corneal. En el LASIK tradicional, este colgajo se realiza con un microqueratomo mecánico, que es una cuchilla oscilante. Aunque eficaz, este método introduce un grado de variabilidad y, en raras ocasiones, puede conllevar complicaciones relacionadas con el corte. Por otro lado, el FemtoLASIK emplea un láser de femtosegundos para crear el colgajo. Este láser produce pulsos ultracortos que generan microburbujas en el tejido corneal con una precisión micrométrica, permitiendo al cirujano levantar una lámina de grosor y forma personalizados. La creación del colgajo con láser de femtosegundos se considera más predecible, segura y menos invasiva, reduciendo el riesgo de aberraciones inducidas y mejorando la calidad visual postoperatoria. Desde una perspectiva profesional, el FemtoLASIK se ha posicionado como la técnica de elección en muchos centros avanzados debido a su mayor seguridad y los resultados ópticos superiores que ofrece. Si bien ambos procedimientos buscan el mismo objetivo final de corregir la visión, la tecnología láser de femtosegundos representa un avance significativo en la minimización de riesgos y la optimización de la recuperación visual. Para el paciente, esto se traduce en una mayor tranquilidad y, potencialmente, una mejor experiencia de curación.
June 11, 2025